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miércoles, 6 de mayo de 2015

La novela por entregas


¿Sabíais que durante el siglo XIX aparecieron multitud de publicaciones periódicas? Junto a la prensa política (destinada a la propaganda y a la difusión ideológica), aparecieron periódicos nuevos que tenían el objetivo de llegar a un público más amplio. Éstos marcaron el comienzo de lo que conocemos como lectura de consumo masivo.

Las obras de Dumas, Balzac o Leroux se publicaban por capítulos en los periódicos de la época. Después de aparecer de forma “dividida” en los periódicos, se editaron en forma de libros y así han llegado hasta nosotros.

Es importante distinguir los folletines (eran secciones del periódico que publicaban obras completas por partes) de las novelas por entregas, que no estaban ligadas a la prensa y se iban escribiendo sobre la marcha y duraban más o menos en función de su éxito. Las novelas por entregas tuvieron un gran éxito durante el siglo XIX, en el que se produjeron miles. En España, las tiradas de cada edición alcanzaban los 12.000 o 13.000 ejemplares, una cifra altísima para una sociedad que no contaba con los medios modernos de los que disponemos ahora.

     
Fuente: aglutinator.blogspot.com


Estas novelas no llegaban al lector de forma completa, sino por cuadernos y pliegos. Tenían un carácter abierto, lo que significaba que se podía añadir en cada momento lo que se deseaba, así que eran frecuentes las improvisaciones y muchas veces el autor no sabía ni cómo iba a acabar su obra.
El público era mayoritariamente femenino y esto determinó algunas de sus características: predominaba el tema amoroso, se trataban temas como el matrimonio, el adulterio, el abandono de los hijos… El estilo era sencillo y tenía poco texto escrito, que se acompañaba de grandes ilustraciones y los protagonistas eran, en general, hombres y mujeres jóvenes de clase baja pero llenos de valor.


Algunos de los representantes de la novela por entregas en España son Galdós y el padre Luis Coloma.

         
Fuente: biografiasyvidas.com



Leonor Nieto García

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